viernes, febrero 05, 2010

¿Qué Importancia Tiene un Nombre? Parte I

En la cultura hebrea, el nombre de una persona no era un mero título, sino una expresión o revelación de la persona. En las Escrituras, encontramos varios ejemplos de esto: Abraham significa “Padre de muchedumbre de gentes” (Génesis 17:5), Jacob significa “el que toma por el calcañar” o “uno que suplanta” (Génesis 25:26; 27:36), Nabal significa “tonto” (I Samuel 25:25), y Bernabé significa “hijo de consolación” (Hechos 4:36). Todos estos nombres reflejan el carácter de los hombres que los llevaron. De una manera similar, el nombre de Dios es inseparable a Su persona y es una revelación fiel de Él. Cada Nombre de Dios expresa alguna verdad acerca de Su carácter y persona.

Dios (hebreo: El)

La palabra el es uno de los más antiguos y comunes nombres de Dios empleados por las gentes semíticas (arameo, hebreo, etc.). El significado exacto de la palabra es incierto. Probablemente denota poder, fuerza, grandeza, y majestad. Este nombre se emplea 208 veces en las Escrituras (Éxodo 34:14; Salmo 19:1; Isaías 43:12).

Dios (hebreo: Eloah)

El significado exacto de la palabra eloah es incierto. Probablemente comunica las mismas ideas que el nombre el – poder, fuerza, grandeza, y majestad. La palabra se encuentra 56 veces en el Antiguo Testamento (41 veces en el libro de Job 22:12; 27:3; 27:8; 33:12; 37:22; 40:2).

Dios (hebreo: Elohim)

La palabra elohim es el primer nombre de Dios que aparece en las Escrituras (Génesis 1:1) y se emplea más veces con referencia a Dios que cualquier otro nombre en las Escrituras (2570 veces). El nombre elohim es probablemente la forma plural de eloah y comunica las mismas ideas de fuerza y poder. En las Escrituras, elohim se traduce de cuatro maneras distintas según el contexto. La palabra puede referirse a: (1) Dios; (2) dioses; (3) ángeles o (4) jueces. El hecho de que elohim es plural es muy importante y tiene dos posibles interpretaciones: Primero, todos los idiomas semíticos emplean el plural para comunicar que algo es excepcional o único. Un pequeño cuerpo de agua se llama “agua”, pero un cuerpo inmenso de agua se llama “aguas.” La palabra plural elohim se emplea con respecto a Dios, no porque hay más que un Dios, sino porque Él es el grande e incomparable Dios, el único Dios verdadero sobre todos los falsos dioses. Segundo, la palabra plural elohim posiblemente denota la pluralidad de personas en la Trinidad.

Dios (arameo: Elah / griego: Theos)

La palabra aramea elah se traduce “Dios” en el libro de Esdras (4:8-6:18; 7:12-26) y en el libro de Daniel (2:4-7:28). Los dos libros tienen partes escritas en arameo. La palabra griega theos se traduce “Dios” a través de todo el Nuevo Testamento. Ninguno de estos dos nombres contribuyen con algo nuevo a nuestro entendimiento acerca de Dios.

El Altísimo (hebreo: Elyon / Arameo: Illai / Griego: Hupsistos)

La palabra hebrea elyon se traduce “Altísimo” y denota la supremacía y majestad indescriptible de Dios. En Salmo 97:9, leemos, “Porque tú, Jehová, eres alto sobre toda la tierra: Eres muy ensalzado sobre todos los dioses.” La palabra se emplea 31 veces en las Escrituras. En los pasajes arameos de Daniel (2:4b-7:28), el nombre “Altísimo” se traduce de la palabra aramea illai. En el Nuevo Testamento, el nombre “Altísimo” se traduce de la palabra griega hupsistos ( Marcos 5:7; Lucas 1:32, 35, 76; 6:35; 8:28; Hechos 16:17; Hebreos 7:1). 105

El Todopoderoso (hebreo: Shaddai / griego: Pantokrátor)

La palabra hebrea shaddai se traduce “Todopoderoso”, y denota el infinito poder de Dios. En la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento), la palabra shaddai se traduce pantokrátor (todopoderoso), y en la Vulgata, se traduce omnipotens, de la cual deriva la palabra español “omnipotente”.

Señor (Hebreo: Adon, Adonai)

El nombre Adon denota señorío y posesión. En las Escrituras, cuando el nombre se encuentra en una forma plural [i.e. Adonai] siempre se refiere a Dios. La forma plural denota intensidad – Dios es el absoluto Señor de todo sin excepciones (véase Elohim arriba). El título Adonai denota el Señorío de Dios sobre toda la creación. También comunica mucho acerca de la relación que existe entre Dios y Su pueblo. Como el Dueño y Señor, Él se ha comprometido a Sí mismo a cuidar Su pueblo y suplir sus necesidades. Como siervos del Señor, nos comprometemos a servirle con absoluta obediencia. El nombre Adonai aparece 456 veces en las Escrituras con referencia a Dios.

Jehová (hebreo: Yahweh o Jehovah)

El nombre Yahweh es el nombre personal de Dios y el que más se emplea en las Escrituras (6825 veces). En hebreo, el nombre se escribe: YHVH o hwhy. Aunque es incierta, la verdadera pronunciación de la palabra es probablemente Yahveh o Yahweh. La gran mayoría de maestros de la Biblia creen que el nombre Yahweh proviene del verbo hebreo hayáh - “ser” (Éxodo 3:14). El nombre denota la eternidad, inmutabilidad, y unicidad de Dios. Es importante reconocer que el Señor Jesucristo usó este nombre con respecto a Sí mismo (Juan 8:58-59) y así afirmó Su deidad.

Jehová (hebreo: Yah)

El nombre Yah aparece 48 veces en las Escrituras, mayormente en el libro de Salmos y en la exclamación hallelujah (i.e. “!Alaba Yahweh!” o “!Alaba al Señor!”). La palabra yah también forma parte de varios nombres en las Escrituras: Elías o Elijah – i.e. “Mi Dios es Yahweh” o “Yahweh es Dios.”

Señor (Griego: kúrios o kyrios)

Para los griegos, la palabra kyrios podía referirse a un hombre de alta posición y poder, o un ser sobrenatural (i.e. un dios). La palabra se emplea en la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento) para traducir el nombre hebreo Yahweh o Jehová, y en el Nuevo Testamento para comunicar la idea hebrea de Dios como Señor. La palabra se emplea 640 veces en el Nuevo Testamento en referencia a Dios. Es significante que la palabra kyrios se emplea sin reservaciones con referencia a Jesús.

Señor (griego: despotes)

La palabra griega despotes denota posesión y señorío absoluto. En su uso más antiguo, el despotes (i.e. déspota) era el amo de la casa que reinaba con autoridad absoluta. Con el tiempo, el término llegó a denotar a una persona de poder ilimitado o una autoridad política y tiránica. Hoy día, el término mayormente se emplea negativamente porque el poder absoluto corrompe a los hombres totalmente. Pero cuando el término se refiere a Dios en la Septuaginta y el Nuevo Testamento, no comunica nada negativo. Dios es el debido Dueño y Señor de todo lo que ha hecho. Su santidad y justicia garantiza que Él siempre ejercerá Su autoridad absoluta con perfecta equidad. El término despotes se emplea seis veces en el Nuevo Testamento con referencia a Dios (Lucas 2:29; Hechos 4:24; II Timoteo 2:21; Apocalipsis 6:10; II Pedro 2:1; Judas 1:4). En II Pedro 2:1 y Judas 1:4, la palabra se emplean específicamente con respecto a Jesucristo.

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